La Cambiante Estética Femenina
- pinkflamingosmag
- 10 dic 2015
- 2 Min. de lectura

La década de los 60, cabarets y el auge del vedetismo en México. Elementos que combinados dieron origen a una de las generaciones de sex symbols más polémicas en la historia del entretenimiento mexicano.
Con una notable influencia de actrices americanas como Marilyn Monroe y Elizabeth Taylor, inspiradas por las bailarinas de Las Vegas y emulando al Lido de Paris, las vedetes mexicanas impusieron un nuevo estereotipo de belleza. Muslos gruesos, piernas largas, anchas caderas acompañadas de cinturas diminutas y grandes pechos, simplemente, el epitome de
la belleza
femenina, que fueron estelar por más de 20 años.
Tras su descenso, fueron las actrices de cine quienes continuaron con esta tendencia. Sasha Montenegro, Angelica Chain y Lorena Herrera son reconocidos símbolos sexuales de los años 80s y 90s, quienes aparte de tener una belleza infalible, resaltaban por sus torneados y exuberantes cuerpos.
Ya para principios del nuevo milenio, influenciada por la cultura americana, una nueva perspectiva de la belleza llego a nuestro país. La moda de estar esquelética, impuesta por chicas como Paris Hilton y Lindsay Lohan, pronto se vería reflejada en México con chicas como Anahí, Angelique Boyer y Belinda, creando una idea poco saludable y errónea de lo que es la belleza.
La talla 0 se convirtió en una moda, la estructura ósea se volvió más notable y de la mano de ellas llegaron trastornos alimenticiós como anorexia y la bulimia. Dichos trastornos, aunados a los escándalos que rodeaban a las chicas que imponían esta tenendcía hizo al publico cuestionarse, y gradualmente regresar a lo de siempre.
Fue entonces cuando la figura curvilínea volvió a estar de moda, pero esta vez un poco más exagerada. Kim Kardashian, Nicki Minaj y Beyoncé son notables representantes de esta tendencia a nivel internacional, mientras que en Latino América tenemos personajes como Sofía Vergara que orgullosamente aceptan sus curvas.

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